Cáncer de mama: el apoyo emocional de los perros

Sieger

El apoyo emocional que brindan las mascotas a pacientes que luchan contra el cáncer de mama es una evidencia de la profunda conexión que existe entre los seres humanos y estos fieles compañeros de cuatro patas. En un momento de la vida que puede estar plagado de miedos, incertidumbre y estrés, la presencia de un perro cariñoso puede marcar una diferencia significativa en el bienestar emocional de las mujeres afectadas.

Los perros no solo ofrecen consuelo a través de su afecto incondicional, sino que también pueden aliviar la sensación de soledad que a menudo acompaña a la enfermedad, lo que proporciona una fuente constante de compañía y apoyo a lo largo de las difíciles etapas del diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama. Además, su presencia puede promover la liberación de endorfinas, reducir el estrés y contribuir a un ambiente más positivo y esperanzador en la vida de estas pacientes.

Los lazos especiales que se forjan entre las mujeres con cáncer de mama y sus perros van más allá de las palabras y se basan en una comunicación emocional profunda. Estos animales a menudo se convierten en confidentes silenciosos, dispuestos a escuchar sin juzgar y a brindar apoyo incondicional durante los momentos de angustia.

Su capacidad para percibir las emociones de sus dueñas, su disposición para brindar comodidad con lamidas y abrazos, y su papel como distracción en momentos difíciles contribuyen de manera significativa a la mejora del bienestar psicológico de las pacientes.

En esta nota, te contamos todo acerca de este rol fundamental que cumplen los perros y algunas cuestiones que no sabías sobre los cuidados y entrenamientos.

El rol de las mascotas en la vida de las pacientes con cáncer de mama

Según el Human Animal Bond Research Institute (HABRI), casi todos los dueños de mascotas (el 98%) afirman que sus mascotas les han aportado al menos un beneficio específico para su salud, como un aumento de la felicidad, una reducción de la soledad y una disminución del estrés.

En cuanto a su experiencia con el cáncer, en las respuestas, se incluyeron desde servir de compañía constante hasta proporcionarles apoyo emocional o motivarlos para mantenerse activos; algunas personas incluso dijeron que no creen que hubieran superado el tratamiento sin sus peludos compañeros.

¿Cómo ayudan las mascotas a las pacientes con cáncer de mama?

Estos nobles compañero pueden beneficiar a las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama de distintas maneras:

  1. Apoyo emocional

La importancia de contar con un sistema de apoyo está bien documentada, ya que el cáncer de mama puede afectar mucho la salud emocional, lo que llega incluso a provocar periodos de depresión y ansiedad.

Cuando pensamos en sistemas de apoyo, normalmente pensamos en cuidadores humanos, pero, en las circunstancias adecuadas, las investigaciones demuestran que tener una mascota también puede ayudar a lo siguiente:

  • Aliviar la ansiedad
  • Mejorar los síntomas de la depresión
  • Aumentar la autoestima y dar sentido a la vida
  • Disminuir los sentimientos de aislamiento o soledad.
  1. Reducción del estrés

El cáncer de mama y las enfermedades crónicas pueden provocar estrés psicológico, una respuesta natural a la presión mental, física o emocional. Se ha demostrado que interactuar con animales, como acariciarlos o acurrucarse con ellos, aumenta los niveles de la hormona oxitocina, que hace sentir bien, y reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que puede llevar a experimentar una sensación de calma o relajación.

  1. Mejora de la salud física

Tener un perro también se ha relacionado con una mejor salud física. Las investigaciones demuestran que las actividades asistidas por animales provocan desde una disminución de la tensión arterial y la frecuencia cardiaca hasta una mejora de la salud circulatoria y una reducción del dolor y las molestias.

Los perros pueden ayudar a aliviar el dolor cuando son conscientes de que la persona lo experimenta. Las investigaciones demuestran que los perros pueden reconocer cuándo estamos tristes o sufrimos por el reconocimiento facial, el lenguaje corporal y el olfato.

  1. Motivación para mantenerse activo

Sabemos que el ejercicio y la actividad tienen beneficios para las personas con cáncer de mama en estadio inicial, incluido un mayor tiempo de supervivencia. Y las investigaciones demuestran que, en las personas con cáncer de mama metastásico, el ejercicio puede aliviar el dolor, la fatiga y la ansiedad.

Mantenerse activo también puede ayudarlas a sentirse bien y darles una mayor sensación de bienestar. Aun así, puede resultarles difícil mantenerse activas. Los perros pueden ayudar a proporcionarles la motivación y el aliento positivo que tanto necesitan para ponerse en movimiento.

  1. Mejor calidad de vida

Adaptarse a un diagnóstico de cáncer de mama es diferente para cada persona y es un proceso continuo. Algunas personas encuentran fuerzas para seguir adelante hablando con otras que tienen una experiencia compartida. Otras consideran que un vínculo humano-animal es esencial para mejorar su calidad de vida y su satisfacción general, y cada vez hay más estudios que respaldan el papel positivo que puede desempeñar esta relación.

  1. Sentido de responsabilidad

Cuidar a un perro puede proporcionar un sentido de propósito y responsabilidad, lo que puede ser especialmente útil cuando una mujer se siente abrumada por su diagnóstico. La rutina diaria de cuidar al perro puede ayudar a establecer una estructura en la vida cotidiana.

¿Qué cuidados hay que tener en cuenta?

Cuando una persona con cáncer de mama tiene un perro, es importante considerar una serie de cuidados y precauciones para garantizar tanto la salud de la paciente como la del perro:

  • Higiene y salud del perro: mantener al perro limpio y con todas las vacunas al día. Hay que programar visitas regulares al veterinario para garantizar su salud. Esto es especialmente importante durante el tratamiento del cáncer, ya que el sistema inmunológico de la paciente puede estar debilitado.
  • Higiene de la vivienda: mantener la casa limpia y libre de alérgenos. Esto es esencial si la paciente está recibiendo tratamientos que pueden debilitar su sistema inmunológico, como la quimioterapia. Hay que aspirar, desinfectar y ventilar regularmente para reducir la presencia de alérgenos y gérmenes.
  • Educación del perro: si el perro no está entrenado, hay que considerar la posibilidad de trabajar con un entrenador para abordar comportamientos no deseados, como saltar sobre la paciente, ladrar en exceso o morder objetos. Un perro bien entrenado es menos estresante para la persona con cáncer.
  • Evitar riesgos de caídas: los perros pueden ser un peligro de tropezones y caídas, especialmente si la paciente se encuentra débil por el tratamiento. Es importante asegurarse de que el perro no esté en áreas de mayor movimiento de la paciente y es buena idea usar barreras para evitar que el perro suba a la cama o al sillón.
  • Preparación para emergencias: es importante tener un plan en caso de que la paciente deba ser hospitalizada o no pueda cuidar del perro temporalmente. Esto puede incluir la ayuda de amigos, familiares o servicios de cuidado de mascotas.
  • Ejercicio y cuidado físico: hay que asegurarse de que el perro reciba suficiente ejercicio y atención física para mantener su bienestar. Esto puede ser beneficioso tanto para el perro como para la paciente, ya que los paseos pueden ser una oportunidad para ambas partes de mantenerse activas y saludables.

Entrenamiento de perros para paciente con cáncer de mama

Entrenar a un perro para que cuide y ofrezca apoyo a una paciente con cáncer es un proceso que requiere tiempo, paciencia y consideración. No todos los perros están preparados para asumir este tipo de responsabilidad, y es importante que el proceso de entrenamiento se haga de manera gradual y con el bienestar tanto de la paciente como del perro en mente. Aquí les proporcionamos algunos pasos a seguir para entrenar a un perro de manera efectiva:

  • Evaluación del temperamento: no todos los perros son adecuados para el papel de cuidador. Es fundamental elegir un perro con un temperamento tranquilo, cariñoso y comprensivo. Si ya tenés un perro, evalúa si su temperamento es adecuado para asumir esta función.
  • Socialización: si estás considerando obtener un nuevo perro, buscá uno que haya sido bien socializado desde temprana edad. La socialización adecuada es clave para que el perro se sienta cómodo en una variedad de situaciones y con diferentes personas.
  • Entrenamiento básico: es importante que el perro tenga un buen nivel de entrenamiento básico, como obediencia, control de impulsos y comportamiento en casa. Esto garantiza que el perro sea manejable y obediente.
  • Entrenamiento de obediencia avanzada: luego, podés avanzar hacia el entrenamiento de obediencia más avanzado, en el que se incluye comandos específicos para el apoyo a la paciente, como “ven”, “quieto” o “cuidar”.
  • Comandos específicos: también es bueno enseñar al perro comandos específicos relacionados con el cuidado de la paciente, como “cuidar” (para que se acerque y brinde apoyo físico o emocional), “alerta” (para que avise si la paciente necesita ayuda), o “traer ayuda” (en caso de emergencia).
  • Adaptación a la rutina de la paciente: el perro debe acostumbrarse a la rutina y necesidades específicas de la paciente, es decir, a los horarios de tratamiento, entender cuándo la paciente necesita ayuda y aprender a respetar su espacio y límites.
  • Monitoreo de la salud del perro: a medida que el perro asuma esta función de cuidado, es crucial asegurarse de que su propia salud esté en buen estado. Realizá chequeos regulares con el veterinario y mantené su bienestar general.

Recordá que no todos los perros pueden asumir el papel de cuidador, y es importante que la paciente y el perro se sientan cómodos con el proceso. Además, es esencial que la paciente cuente con otros sistemas de apoyo y cuidados, ya que no se debe depender únicamente de un perro para las necesidades de atención médica y emocional.